Versa y Controversia

Ensayando a Quijote en una sociedad orwelliana

Consejos Regios

Se ha de concluir que los buenos consejos, vengan de quien vengan, han de nacer de la prudencia del príncipe y no la prudencia del príncipe de los buenos consejos
Nicolás Maquiavelo. El Príncipe

-Se hace saber:
Por orden regia del rey,
todo súbdito del pueblo
según lo dicta la ley
se inclinará sin remedio.

-Padre asesóreme usted
de los trucos de gobierno,
sepa yo una y otra vez
cómo se conserva un reino.

-Atiende a estos consejos
por si acaso marcho lejos y
cuenta con un buen golpe
que te proteja hasta viejo.
aprendeajedrezonline
Hijo mío has de entender:
lo primero es parecer
verás el asunto clave,
hazte querido en la calle.

Pon un mullido cojín
donde ver tu folletín,
siéntate a gusto en el trono
y sanciona con buen tono.

Un abanderado regio
hace amigos en oriente,
manda a pedir realmente
y ganar sus privilegios.

Un rey no sólo reposa,
juzga si golpea el mazo,
reparte en la corte el cazo
empezando por su esposa.

Aunque sea buen ejemplo
no me imites porque tiemblo,
ni aceleres al volante,
ni dispares elefantes.

A la historia tu servicio
de simular fatigoso,
sin ser totalmente ocioso
nunca mucho sacrificio.

Ahora guarda esta corona
firma aquí por tu realeza
estírate en la tumbona
y descansa tu pereza.

 

Sobre las luchas: las pistas de Unamuno y un microrrelato

La vida es lucha, y la solidaridad para la vida es lucha y se hace en la lucha. No me cansaré de repetir que lo que más nos une a los hombres unos con otros son nuestras discordias. Y lo que más le une a cada uno consigo mismo, lo que hace la íntima de nuestra vida, son nuestras discordias íntimas, las contradicciones interiores de nuestras discordias. Sólo se pone uno en paz consigo mismo, como Don Quijote, para morir.

La agonía es, pues, lucha. Y el Cristo vino a traernos agonía, lucha y no paz. Nos lo dijo él mismo: «No penséis que vine a meter paz en la tierra; no vine a meter paz, sino espada […]» Mat., X, 34-37

[…] Se nos habla de paz en el Evangelio. Pero es que esa paz se da en la guerra y la guerra se da en la paz. Y esto es agonía

[…] Los hombres buscan paz, se dice. Pero, ¿es esto verdad? Es como cuando se dice que los hombres buscan la libertad. No, los hombres buscan la paz en tiempo de guerra y la guerra en tiempo de paz; buscan la libertad bajo la tiranía y buscan la tiranía bajo la libertad. Y respecto a esto de la libertad y tiranía, no hay que decir tanto que homo homini lupus, que el hombre es un lobo para con el hombre, cuanto homo homini agnus, el hombre es un cordero para el hombre. No fue el tirano el que hizo el esclavo, sino a la inversa. Fue uno que se ofreció a llevar a cuestas a su hermano y no éste quien le obligó a que le llevase. Porque la esencia de hombre es la pereza, y, con ella, el horror a la responsabilidad.

¿Y qué es dudar? Dubitare contiene la misma raíz, la del numeral duo, dos, duellum, lucha. La duda, más pascaliana, la duda agónica o polémica, que no la cartesiana o duda metódica, la duda de vida ―vida es lucha―, y no de camino ―método es camino―, supone la dualidad del combate.

La agonía del cristianismo. Unamuno


Con esa duda que recojo de Unamuno, la del corazón, pero también la de la reflexión; miro escépticamente el camino que están tomando  las demandas reformistas (del poder) que llenan muchas pancartas en clave socialdemócrata.

Por otra parte, entendiendo el hartazgo de muchas personas con la fuerza policial que emplea el Estado contra ellas y, tengan ánimo de venganza. Ahora: la violencia para la revolución no es el camino, sino la estrategia con coraje y espíritu. La violencia sólo puede ser por la defensa, por la justicia y por libertad. Pensemos en porqué y cómo habría que levantarse contra el despotismo. La lucha, hemos visto, no tiene un punto de llegada.

A las personas detenidas mi absoluta consideración.

El siguiente microrrelato fue radactado en un taller de prueba de escritura creativa en MADfoto, bajo la técnica conexión entre dos palabras, que en este caso fueron: Atasco y soberbia.

Francisco_de_Goya_y_Lucientes_-_Duelo_a_garrotazos

SOLO

El ruido de las bocina era insoportable. Finalmente Iker consiguió sortear los coches y dejar el atasco atrás. Caminó por la perpendicular de la calle de su casa, subió al piso y antes de abrir la puerta escuchó decir a su compañero entre risas: ―¿Habéis visto? Por fin se han llevado una buena paliza―. Iker mostró su irritación con el portazo de entrada: ―¿Qué celebráis, amigos? ¿El embrutecimiento o lo zoquetes que sois? El ambiente se enturbió completamente. Iker volvió a provocar una situación incómoda, sin embargo, hoy el oponente se sentía respaldado por los suyos y contestó desafiando con soberbia: ―¡Vete a concienciar a otros!― Siguieron discutiendo con tensión sobre la lucha. Después de la discordia, a los diez minutos, Iker, otra vez más, abatido y mirando al vació, estaba solo.  

Del tiempo que pasa, pesa y nos enseña

  • El tiempo pesa,
    pasa enseñando
    es un valor absoluto
    en el gozo y en el llanto
  • Fuego de vida
    viento de voluntad
    levanta al siervo
    sin libertad
  • Un giro de clepsidraclepsidra2
    ¿Lección aprendida u,
    oportunidad perdida?
    mas experiencia sufrida
  • Maestro de muerte
    pesadumbre
    no alcanzar aferrarlo
    ni verte
  • Angustia, ilusión, espera
    ¿Quién sabe donde lleva?
    Misma estrella
    ¡luce, bella!
  • Anciano, edad de quietud,
    calma la joven incertidumbre,
    serena el temblor de mi vela,
    me consuela
  • Hora del perdón
    sigo impuntual
    robo tus minutos
    ya no estás igual
  • Duele aquella voz
    muda, en el olvido
    piensa en el mañana:
    ¡por haber querido!
  • Mueve aquella suerte
    con azar que prende,
    entonces, cambia,
    se vierte.

 

 

 

Suárez y los cortesanos

A propósito de la columna de Óscar M.Prieto (con quien se puede aprender por su cultura que envidio) en El Cotidiano y su mención, escribo lo siguiente.

Porque no vaya a ser que tanto empalagamiento con honores (militares) nos hagan creer lo que jamás es: que defender los intereses del Estado es lo mismo que defender la verdad y libertad del mismo pueblo. Por la misma razón por la cual Rosseau explicaba que, con su enajenación, un pueblo dejaba de serlo, digo, que no atesoran tal condición aquellos graderíos que lamentan la defunción de Suárez por su actuación partidista: engañar y “olvidarse de todo“.

No digo yo que hoy haya mucho pueblo, es más, que este no sea por su dejadez responsable de su situación de mediocridad, degradación e individualización. Por ello, menos aún presume de pueblo, con identidad y cultura propia, quien hace alabanzas a las Cortes. Estos han de ser llamados cortesanos y de ser el caso: populacho; pero aquí no quiero señalar salvo que aquellos asocien conscientemente sus intereses con los de las élites. Por tanto, no pretendo seguir haciendo el juego a la historia del poder, aunque reconozco, sin haber profundizado, que estos estadistas que ha tenido la corona -por los siglos de los siglos (incluso aquellos de ficción)- pueden enseñarnos bastante sobre estrategia.

Si nos dejamos llevar por los encantadores de serpientes y su propaganda vamos a terminar asumiendo que somos desagradecidos; incluso quienes no creemos en un poder central sino en el municipio libre, única forma posible de democracia (por más que insistanRoto necrofilia Suárez en vaciar su sentido). Haciendo caso al refrán lo maquillo por convicción y para pasear tranquilamente por Ávila: “Es de bien nacido ser agradecido” a quien se debe. Así, aunque no me sintiera aludido, trato de esta forma desprenderme de algún complejo de culpa que pudiera crecer por estos motivos en el tiempo (que por otros ya me castiga la conciencia). Y también lo digo porque, no tardará en llegar el funeral del Rey.

En definitiva, fue el papel del fallecido, despolitizar y habiendo sido tal: el buen despolitizador que bien despolitice, (recordado) buen político del reino será. Maestro de embaucadores y propagandistas tiene mis respetos por los momentos, si los hubo, que se hubiese mostrado rebelde, sobre todo con quien quedaba por arriba según su jerarquía real.

En tanto comparta momentos con ustedes, mis condolencias, cortesanos

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